Estas rosquitas
tienen el sabor de mi infancia, saben a buenos momentos, a días lluviosos en la cocina de mi abuela Consuelo allá en la chacra vieja en Santa Fe Argentina.
Era un rectángulo
de adobe con pisos de tierra ventanas chiquitas, cocina a leña y una leñera donde
siempre había un gato durmiendo.
Lindos tiempos aquellos. Íbamos bastante seguido. Normalmente si mi papá que manejaba un camión
enorme tenia un viaje para el norte nos dejaba de camino en casa de mi abuela
donde vivía también mi tío Titin con su esposa Nelly y mis primos Carlos y
Justo.
Para mi era toda
una aventura y cuando los días se ponían lluviosos y aburridos nuestra abuela cocinaba
estas rosquitas que ella en su catellano puro llamaba "rosquillas".
La receta viajo con ella desde España y se la enseño a quien
la quisiera aprender.
Las rosquitas de mi
abuela tenían el mejor de todos los ingredientes, estaban hechas con amor y por
eso tenían ese sabor tan rico.
Pero lo que las hacia tan especiales eran lo que
la abuela llamaba manitas. Ella les hacia 5 cortesitos a tres de las rosquillas
y al freírse parecían manitos y eran una para cada uno de nosotros. Nuestro premio por portarnos bien y por ayudarla a
armar las rosquitas haciendo bastoncitos de masa que después ella unía y daba forma
circular.
Ayer entre medio del fichero de recetas que herede de mamá las encontré y como el servicio meteorológico decía que iba a llover pensé que esta seria una linda oportunidad para preparar estas Rosquillas de la Abuela Consuelo
Tito Consuelo y Luis Gutierrez atrás mi mamá Ofelia |
INGREDIENTES
500 grs de harina
leudante
½ cucharadita de
sal
1 sobrecito de
levadura seca
200grs de azúcar
4 huevos
El jugo de 1 limón
La rayadura de 1 limón
250 ml de leche
200 grs de aceite
vegetal o manteca derretida
Esencia de limón o
de vainilla una cucharadita
Pueden hacerlas
con o sin levadura así que si no tienen levadura omitan esa parte.
Mi abuela
las hacia solamente con harina y polvo de hornear " Royal", pero agregándole la levadura seca
quedan más altas. La receta original no
lleva levadura.
Para la receta con
levadura poner el contenido de un sobrecito en la lecha tibia con una cucharada de azúcar en una taza, revolver y
dejar aparte
Ponemos a batir
los huevos con el azúcar hasta que se ponga espesa como punto letra y el batido tome un color de amarillo mas claro.
Si están usando
una batidora eléctrica, este es el momento de cambiar el batidor de alambre por
el de amasar.
Agregar la harina
tamizada con la sal, comenzar a agregar el aceite el jugo de limón, la rayadura,
la esencia, y la mezcla de la leche con la levadura.
Mezclar todo bien
por un par de minutos y retirar el bols de la máquina. Llevarlo a la mesa
Espolvorear la
mesa con harina, volcar la masa y formar un bolo sin amasar mucho. Si la masa está
muy húmeda agregar un poquito más de harina, la que sea necesaria para que nos
permita formar bollitos redondos suavecitos, todos del mismo tamaño.
Hacerles un agujero
en el centro y formar las rosquitas, o pueden har bastoncitos y unir los extremos.
Yo las hice grandes y me salieron 20
ustedes pueden hacerlas del tamaño que más les guste.
Una vez que
armaron todas las rosquitas las tapan con un repasador seco y limpio y las
dejan descansar.
Mientras tanto
preparan para freírlas, pueden usar una freidora, si es así pongan a calentar
el aceite a 350º F y mientras se calienta el aceite y lavan lo que ensuciaron
las rosquitas habrán levado un poco (mas o menos una media hora).
Tengan listo un
colador con azúcar impalpable y canela para espolvorear tan pronto las sacan de
la freidora.
Doraditas,
tentadoras y muy ricas estas rosquitas son recomendables con una taza de té o café,
un vaso de leche fría, una buena taza de chocolate caliente en invierno y bueno
a alguien se le ocurrirá alguna otra cosa para acompañarlas.
Otra cosa, para evitar que saga aceitosa agreguenle a la mezcla de la masa una cucharada de alcohol blanco.
Espero que les salgan tan ricas como a mi.
hasta la proxima del legado de mamá, cocinado con amor